viernes, 21 de marzo de 2014

Hola Yayo ¿por qué tu no tienes hijos?

Hace un par de días recibí la llamada de mi sobrino Paquito de 4 años, el mayor. Supongo que está en esa edad en que se cuestiona todo. No lo pensó dos veces y desde que tomé el teléfono para saludarlo, lo primero que dijo fue:
"Hola Yayo ¿por qué tu no tienes hijos?"
Primero me eché a reír, aunque fue probablemente de nervios por no saber que contestar. Lo único que salió de mi cabeza fue decirle "porque todavía estoy chiquito". Obviamente debatió mi idea (con justa razón), el sabe que soy de la misma edad que su mamá por lo que es ilógico (al menos en su cabeza) que yo no tenga hijos.

Me quedé pensando. Estoy en este momento en un punto muy lejano a tener hijos. Más grave aún, las personas de mi edad están mayormente en relaciones sentimentales serias, esas relaciones de "no estamos casados, de repente vivo en su depa y ella en el mío, todo está chido", pero cuando pregunto si hacemos algo, dígase salir a algún concierto, o viajar, la primer respuesta es "deja ver si no hizo planes fulanita/o". No estoy criticando, es simplemente un augurio de una relación larga. Yo no he estado en ese punto desde hace mucho mucho. Pero el punto de este post no son las relaciones amorosas sino su resultado: los hijos.

Como mucha gente ha escuchado de mi: no me veo con hijos. No me imagino esa escena en el hospital esperando a mi bebé. Aunque veo a mis sobrinos y me devuelven la vida, los hijos de Leo no se ven cercanos. Cuando la gente me habla de tener hijos, pienso "pero si somos rete jóvenes" sin meditar que ya son casi 30 y no es que me sienta viejo, es -creo- la edad biológica perfecta, en la que el cuerpo (sobre todo el de las mujeres) grita ¡¡DESCENDENCIA POR FAVOR!!...

...el mio no.

Me siento egoísta, en parte porque sé que nadie me va a esperar, tal vez cuando yo quiera tener hijos ya todas las mujeres con las que me gustaría tener hijos estarán 'ocupadas' con sus propias familias. Supongo que es un riesgo que deberé tomar por mi actual estilo de vida.

Acepto que veo a mis sobrinos y de repente me llega la idea a la cabeza "¿y si tuviera hijos?". Pero esa idea se queda estancada e inmediatamente es aplastada por la idea de viajar por el mundo y aprenderlo todo.

martes, 25 de febrero de 2014

Emi is 3

Hace unas horas concluyó el cumpleaños número tres de Emiliano. Una de esas personitas que le dan sentido a mi vida. Hace tres años comenzó otra etapa en mi vida sentimental. Hoy pasó algo curioso:
Los problemas económicos nunca han sido una parte tan importante en mi vida, a pesar de que los sufro constantemente. Sin embargo, recién llegado al DF, con deudas por todos lados, la necesidad de pagar renta, y mis ahorros terminándose poco a poco, mi madre ofreció un préstamo por una cantidad considerable para poder seguir mi maestría. Hará ese préstamo con dos condiciones; la primera, que me quite la barba. Y la segunda, que si algún día mi hermana tiene problemas económicos causados por  cuestiones académicas de sus hijos, los apoyaré al igual que ella está haciendo conmigo.
Por mi cabeza pasaban muchas cosas. Una de ellas fue que no sabía si sentirme ofendido o no, es decir, eso es algo que nunca dudaría en hacer, son casi mis hijos. No se si yo tendré hijos alguna vez (comienzo a dudarlo) pero aunque así fuera, Paquito, Emi, Romy y Sebas son mi vida, he hecho y haré todo lo que está a mi alcance para que estén bien.

Como he escrito antes, no quiero que los bienes sean materiales, no planeo tener mucho dinero en el futuro, lo suficiente para vivir bien, es todo. Quiero viajar y conocer el mundo. Es por eso que a ellos quiero dejarles algo más valioso que el dinero: unas extensas cartas.

No he encontrado mejor forma de expresarme que a través de las cartas. Escribo todo el tiempo y con el paso del tiempo se me ha facilitado traducir todos mis sentimientos a palabras. Es por eso que quiero escribirles mucho, explicarles la vida, contarles mi sentir, pedirles que por favor tengan curiosidad por la vida, que duden todo, que creen sus propios paradigmas y modelos mentales. Quiero que me conozcan a la perfección sin tener que estar cerca de mi. No es que yo me considere un ejemplo para ellos, aunque me llenaría de felicidad que así fuera. Pero algo que estoy seguro que tengo y que no es presunción decirlo, es esta curiosidad por la vida. Esto me ha llevado a hacer muchas cosas, conocer lugares, aprender de gente nueva, explorar temas que no sabía que existían y lo más importante, me crea ganas de vivir. Eso es lo poquito que quisiera dejarles a ellos, si yo tuviera que morir mañana, ese sería mi último deseo: tiempo para escribirles.

Ansío el día en que aprendan a leer y a razonar lo que leen.

¡Felicidades Emiliano! Ojalá algún día puedas leer todo esto y reírte de tu tío y sus locuras.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Otra primera vez

En la ruta Santa Fe -  Tacubaya. 9:10 pm. Microbús para 35 personas, 50 personas abordo. Yo colgado del pasamanos superior viendo los autos y la gente del exterior, como enjaulado, no me podía ver pero sentía la mirada cansada. Venía pensando en todo el drama que acababa de pasar, dándole vueltas concluí que mis primeras veces siempre tienen un toque especial. Sobre todo cuando se trata de asuntos académicos.
  • Mi primera vez en la secundaria. Es uno de los ambientes más extraños en los que estuve, al menos eso era lo que pasaba por mi cabeza mientras a las 6:45 de la mañana mis nuevos compañeros se presentaban.
  • Mi primera vez  en la preparatoria. Venía de una secundaria particular y no solo particular, sino que era la secundaria particular más fresa de Manzanillo. Yo no me consideraba un niño mamón, pero por si las dudas entré con la defensa arriba, no conocía a nadie, salvo a una persona que... (bueno, esa es otra historia MUY larga que no tiene nada que ver con esto). Cuando los demás pubertos me preguntaban "¿de qué secundaria vienes?" yo hacía cualquier cosa con tal de no contestar o daba referencias vagas como: "una nueva".
  • Mi primera vez en la facultad. Pues aquí no hubo nada interesante.
  • Mi primera vez en Norman. ¡Oh dios! El primer día de clases llegué tarde y entré a un salón de unas 60 mujeres (yo era el único hombre). Primero pensé "yeah!" pero después entendí que algo no andaba bien. Recuerdo esa platica incómoda con mi compañera de al lado... "¿y... por qué te gusta el diseño de interiores?". Claro, salí corriendo de la clase con la cara llena de güegüenza.
  • Mi primera vez en Aalborg. Estaba tan agobiado porque no tenía donde vivir que las primeras 10 clases no podía poner atención, fue un ambiente muy denso para mi y esas primeras semanas TODO absolutamente TODO salió mal.
  • Mi primera vez en ISTHMUS. Llegué tarde, pero nada extraño ni interesante.
  • Mi primera vez en la UMA. Entré después que todos mis demás compañeros, es decir, todos ya se conocían entonces fue difícil, yo era el "nuevo", a pesar de que fue solo un taller al que no asistí (el primero) todos parecían tener mucho tiempo de conocerse. Y yo... con la mirada incómoda, sentado tomando café, todos parecían tan hippies que me sentía raro, no se, fue extraño, muy extraño.
  • Mi primera vez en la IBERO. Pues de la clase no recuerdo mucho, pero si recuerdo haber pensado: "nunca había visto tantas muchachas guapas juntas.... ¿será requisito ser guapa para entrar a esta escuela?"
Lo que me lleva a mi primera vez en el DIPLOMADO EN DISEÑO Y CONSTRUCCIÓN SUSTENTABLES, igualmente en la Universidad Iberoamericana:
...y para ponernos en contexto, hace meses que un importante director de Holcim (antes Apasco) accedió a darme una beca para dicho diplomado. Mi papá y yo duramos varias semanas intentando tener contacto con él y algunos de sus subordinados para pasar ese acuerdo verbal a un papel que lo hiciera legal. Pasaron las semanas y el día de inicio del diplomado llegó. Yo iba muy nervioso y no sabía que esperar dado que ese acuerdo verbal nunca se aterrizó en papel, entonces fui prácticamente de oyente, aprovechando que ya conocía a la mayoría de los maestros y coordinadores del diplomado.
Ellos me recibieron muy alegres dándome la bienvenida -de nuevo- a la Universidad y al diplomado, por lo que tuve que explicarles la situación de "no se si estoy o no inscrito". Revisaron su lista y como lo esperaba, no estaba inscrito. Gilda, la coordinadora, una venezolana muy alegre de sangre liviana, me sugirió (casi obligó) a hablar con la representante de Holcim en esa clase. Yo me negué y ante su insistencia, 'pos' accedí. 

Mariana: Hola Leo, mucho gusto
Leo: Hola Mariana, fíjate que mi situación está bla bla bla bla bla bla bla...
Mariana: ¡Esto es inaudito! Ven, dame tus datos, yo te resuelvo ahorita...

Mariana es una muchacha de algunos 35 años que en la clase se sentó junto a mi, la escuché hablar y pensé "¡qué fresa!".
Después de unos minutos, Mariana pidió hablar con Carlos, el coordinador, otro venezolano con las mismas características sociales que Gilda. Y al parecer le dio muy buenas referencias mias. Algunos dos o tres minutos después:

Mariana: Leo, ya quedó tu beca
Leo: ¡¿cómo!?
Mariana: Si, si fulanito de tal (el alto director de la empresa) se comprometió contigo para darte esta beca, te la tenemos que respetar. Yo solo tengo 10 becas por diplomado y ya las repartí todas, así que el siguiente diplomado solo van a tener 9, es decir, les vamos a quitar una para que tu la tomes ahora.
Leo: ¡muchísimas gracias, esta beca va a estar bien aprovechada! (elogios múltiples)
Mariana: Sé que si, ya te vi tomando notas de cada palabra del ponente

Y este fue mi drama #312 en el DF :) y la historia de como mis primeras veeces suelen ser 'interesantes'.

lunes, 27 de enero de 2014

veintiseis de enero

Hoy quiero hablar de un día especial, las efemérides de ayer.

Ayer murió José Emilio Pacheco, uno de mis escritores favoritos y autor de una de las novelas más cortas y más bonitas que he leí durante mi juventud, no la he vuelto a leer desde entonces, pero en su momento me encantó. Tal vez ayudó el hecho de haber escuchado "Las Batallas" casi diario por más de 10 años, y ahora, casi diario por más de 20 años.

Ayer nació el hijo de un primo que estimo muchísimo y que según recuerdo, cuando yo era niño era mi ídolo, 3 o 4 años más grande que yo, todo lo que hacía siempre me parecía perfecto, su manera de hablar, de ser y de jugar nintendo.

Ayer cumpliste años.

Ayer entregué mi proyecto de segunda vuelta extraordinario de "emergencia y evolución de sistemas", sin duda la materia más difícil que he llevado en toda mi vida y eso incluye todos mis estudios en universidades extranjeras. No se si la vida pretenda darme una lección haciéndome repetir este segundo semestre, pero no estoy preparado para eso. En estos momentos envidio a las personas que creen en santos, vírgenes, dioses y esas cosas divinas, de haber sido yo creyente, habría pasado toda la noche rezando, orando y re-planteando mi vida.

Ayer se cumplieron 10 años de la muerte de una persona que fue mi guía todo el tiempo nuestras vidas se traslaparon. Siempre pensé que veía la vida diferente a todos nosotros. Cuando yo era más joven siempre pensaba en preguntarle a ella cualquier duda que tuviera, siempre tenía una respuesta que me tranquilizaba. Siempre dijo que yo era una de las personas más 'centradas' que conocía, a pesar de mi edad. No se hasta ahora a qué se refería exactamente. Ella estuvo dos terceras partes de su vida sin caminar, inválida de la cintura hacía abajo. Cuando yo nací su accidente ya tenía muchos años de haber pasado, por lo que yo crecí visitando a la tía Ireri prácticamente todos los días y peleando con ella porque todos los sobrinos usábamos su silla de ruedas para jugar en las rampas que estaban por toda su casa. Toda su vida era una odisea, desde la higiene personal hasta ir a la tienda implicaba un gran costo energético y que yo como niño no entendía. Siempre que alguien habla de ella, la recuerda con mucho cariño, dicen algunas personas que era una 'Santa', una persona que no tenía 'pecados' en su vida.

Es la única persona que puede hacerme llorar de un instante a otro. A veces la gente habla de ella y yo tengo que sacar la clásica frase "discúlpenme un momento", voy al baño más cercano y suelto una que otra lagrima. Sueño con ella de vez en cuando, hasta parece que viene a visitarme. Lástima que mi escepticismo no me permite pensar que puede ser su alma o espíritu cuidándome ó "revisando" que Leo esté bien. Cuando dentro de mi vida hay un logro importante pienso: "mi tía Ireri estaría orgullosa de mi". No supo que entré a la escuela de Arquitectura, que viajé, que estudié en el extranjero, que me gradué, que ahora estudio una maestría y que ya tiene un par de hermosos sobrinos-nietos.

Ahora está solo en fotografías, sueños e historias.