Uno de los más grandes males de la sociedad mexicana, es el consumismo. Y uno de los más grandes propiciadores del consumismo, es la televisión, ya hace unos años publiqué un post sobre lo malo de la caja negra.
Ahora predico con el ejemplo. Hace unos años que me emancipé de la televisión. Saqué ese poderoso artefacto creador de la ociosidad, la ignorancia y el engaño de mi recámara. Ahora me siento más que bien. Mis ratos libres son ocupados por una guitarra, un libro, ejercicio, fotografía.
Puedo decir que en mi experiencia propia, después de casi 5 años de haberme olvidado de ese puñado de mentiras, me resulta difícil sentarme frente a uno de estos tecnológicos inventos. Mientras mas tiempo paso viendola, más me aseguro de que fue lo mejor que pude haber hecho. Ignoro por completo que pasó en la novela de las 8, o en los noticieros. Ignoro los comerciales de cocacola. Ignoro la publicidad de la selección de fútbol. Ignoro los horarios de "ventaneando con paty chapoy". E ignoro muchas otras cosas que todos deberíamos ignorar, cambiar esas largas horas sentados frente al televisor echando a perder nuestras mentes por largas horas de buenos libros, largas horas de paseos en la calle, aprender a tocar un instrumento, practicar cualquier tipo de arte.
Estoy apunto de pedirlo porfavor a todo el que lea esto... pero no. La neta, hagan de su vida un cacahuate, no me importa. Sólo les platico que es una sensación única.
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