Hace una semana exacta que llegué al DF. Vine con el acertado pretexto de estudiar un DIPLOMADO EN DISEÑO DE CIUDADES Y COMUNIDADES SUSTENTABLES en la Universidad Iberoamericana, para el cuál, la hermosa empresa Holcim (antes Apasco) me dio una generosa beca del 100%.
De momento me hospedo en Padilla Inn, es decir, la casa del esposo de mi mamá, digo de momento porque eventualmente planeo mudarme, ¿por qué? porque vive en Xochimilco, y para los que no somos del DF es fácil pensar que el lugar de residencia es irrelevante, pero NO LO ES. No hablaré de distancias, pero si de tiempos y logística. Para poder llegar al diplomado tengo que salir a las 3 de la tarde de la casa, caminar 1 km abordar el tren ligero y pasar 14 estaciones (de la Noria a Tasqueña), después tomar el metro, pasar 10 estaciones (de Tasqueña a Pino Suárez), ahí transbordar y pasar otras 10 estaciones hasta Observatorio. Ahí debo tomar un autobús que hace aproximadamente 45 minutos y finalmente llego a mi escuelita. En tiempo son alrededor de dos horas y media, mi hora de entrada es a las 18:00 hrs entonces no tengo mucho problema. El problema es el que sigue: mi horario de salida es a las 22:00 hrs, DIEZ DE LA NOCHE. Y para nada me asusta la hora, lo que me asusta es que el transporte público (metro y tren ligero) se cierra a las 00:00 hrs. En teoría no alcanzaría a llegar antes de que cerraran, pero afortunadamente desde el primer día conocí a un arquitecto que me dio un aventón a la estación de metro Observatorio, lo que me ahorra 45 minutos, entonces ya dan las cuentas. Dentro del contexto debo explicar que en mi cabeza el plan B significaba apostar en mi contra, por lo que mi opción era como dios: única y todopoderosa.
Terminó mi clase de pensamiento sistémico, salí con mi ride, recogimos a un compañero de trabajo frente a la Universidad y unos metros más adelante, un agujero en el asfalto de aproximadamente 1 metro de diámetro y 30 cm de profundidad (juro que no exagero, tengo fotos) se encargó de poncharnos la llanta delantera derecha. El drama duró algunos 20 minutos entre el coraje y el cambio de llanta. Llegué al metro a las 22:40. Según mis cálculos, estaba en tiempo, apretado, pero en tiempo.
Pero aquí hay una lista de factores que no consideré:
- Los empleados del transporte público son humanos. NO MÁQUINAS. Es decir, si se les ocurre que hoy cierran a las 11:30 en vez de las 12:00 pues no hay poder humano que los haga cambiar de parecer.
Llegué a la puerta del tren ligero a las 11:35 para encontrarlo CERRADÍSIMO. Y aquí otra lista de factores que no consideré:
- No tener un plan alterno puede ser muy tonto.
Aquí empieza la odisea:
En ese momento mi mente se bloqueó, después se desbloqueó pero para colapsar. A partir de este momento comencé a hacer cosas que en mis cinco sentidos no habría hecho.
- Pregunté a unos vagabundos que estaban en la entrada de la puerta (cerrada) del tren ligero si había alguna otra manera de llegar a mi casita (snif snif).
- Me dieron una dirección que no entendí, por lo que salí caminando de la estación a donde había mucha gente sospechosa (disculpen mi alma prejuiciosa).
- No pude confiar en nadie a simple vista, así que volví a entrar a la estación para preguntar a alguien "no sospechoso" si había alguna opción.
- Interrumpí la recia caminata de un tipo que -según yo- entraba en la clasificación de "no sospechoso" y le pregunté por opciones para llegar a mi casita. Dijo que tenía una última opción: tomar un autobús. Me dio señas para ir al lugar donde éste pasaría y al ver mi cara de forastero desorbitado dijo: "si quieres acompañame, yo voy pasar por ahí.
- Caminamos cerca de 10 minutos por unas calles oscuras, frias, vacías y muy muy tenebrosas. Iba preparado mentalmente, sabía que en cualquier momento podía detenerse, voltear a verme y decirme "dame todo tu dinero... "carnalito"". Pero no fue así, pasamos por la susodicha parada de autobús, me dijo "es aquí" y siguió su camino.
- Estuve cerca de 15 minutos en ese lugar, no estaba solo, había una prostituta en la esquina que juraba que en cualquier momento me iba a asaltar. Pasaron por mi lado algunas 3 personas MUY sospechosas, al menos para mi entonces debilitado sentido de la confianza. Pero ni siquiera voltearon a verme.
- Una cuarta persona pasó pero se detuvo junto a mi. En mi nerviosismo y ansiedad solo pude preguntarle sobre mi ruta. Dijo que era poco probable que pudiera llegar a mi destino esperando ese autobús que, según dijo, ya no iba a volver a pasar sino hasta las 6 de la mañana.
- Pasó un autobús y esta persona lo abordó. En mi momento de desesperación no pensé más e hice lo mismo.
- Comencé a desconocer la ruta del autobús pero tenía miedo de preguntar a los pasajeros por aquello de que "si saben que eres de fuera te asaltan". Pero no pude más y pregunté. Con una cara de "pobre tipo" me dijo un joven que debí haberme bajado 5 o 6 cuadras antes.
- Bajé del autobús y discretamente saqué mi celular y revisé el GPS. Estaba muy lejos. Caminé unos 5 minutos al oxxo más cercano para preguntarle a un policía como podía llegar a mi destino. Dio señales bastante torpes y complejas. Y después de ver mi desesperación optó por decirme que sólo podía llegar en taxi. Le pregunté si los taxis que estaban frente a nosotros eran seguros y su respuesta fue algo desalentador: "pues... si... bueeeeno... es que estamos en el DF, pero se me hace que si son seguros".
- Al no tener otra opción, tomé el taxi e hizo la temida pregunta "¿por dónde me voy carnalito?" así que intenté explicarle, sin éxito. Obviamente se dio cuenta que no era "de por ahí" así que accedió a tomar una ruta que él conocía. Todo el camino platicaba muy tranquilamente aunque yo pensaba "en cualquier momento saca la pistola, me quita mis cosas y me deja tirado en cualquiera de estas calles desconocidas". Pero resultó ser una buena y honrada persona que me llevó hasta la puerta de la entrada de la colonia donde vivo.
(si, todas esas tonterías hice)
Llegué a mi casa, dejé mi mochila (en la cual traía un libro de fotografía muy bueno, de aproximadamente 4 kilos que nos habían regalado en el diplomado), me quité mi chamarra me senté en la sala y descansé mentalmente de esas muy estresantes horas.
2 comentarios:
jajajaja. Mejor regresa :(
=P
Ah, faltó mi nombre. Soy Rocío :)
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