domingo, 22 de septiembre de 2013

Carta allá

Y ahí estaba yo en ese concierto raro en donde antes de empezar a tocar, los artistas mostraban fotos de sus inicios, acompañadas de unas anécdotas que ellos mismo platicaron. Pasaron muchos hasta llegar a molotov. Y por alguna razón, después de ellos tocó una banda de niños; "de música ligera" eran bastante malos, por lo que opté por subir al escenario, tomar la guitarra y ayudarles con el solo.

No recuerdo mucho después de eso, sólo que amanecí en una tienda de esas "semi-ambulantes" de afuera del metro observatorio. Estaba acostado, con el celular descargado y en mi reloj vi que eran casi las 2 de la tarde. Intenté recordar que era lo que estaba pasando pero no pude. Sólo tenía un vago recuerdo de que había llorado mucho. Creo que empezaba a extrañar a mucha gente, (y tengo menos de un mes aquí) pero muchas preguntas pasaban por mi cabeza: ¿qué pasa si me muero y no tengo la oportunidad de decirle a todos ellos lo mucho que los amo? Después de todo ya había estado muy cerca de morir hace unos meses. También he visto como la gente muere, gente a la que "dios" o "karma" no tiene nada que reclamarles. Solo muere y ya, así de fácil, no hay prórrogas, no hay "mordidas" no hay nada de eso, te vas y ya. Entonces comencé una carta para cada una de estas personas, decidí escribirles todos los días que me fuera posible, explicarles que estaba pasando con mi vida y mediante ese sentimiento tan profundo hacia ellos, desarrollar todo un concepto textual que ellos pudieran comprender y asimilar. Algo que les dijera "Leo me ama". Y no tengo nada material que dejarles cuando muera, nada monetario, sólo quiero dejarles esa curiosidad por la vida, la curiosidad que me hace despertarme todos los días y desear aprender más de todo, tener como meta saberlo todo aunque no sea posible, explorar, viajar, hacer las cosas difíciles que nadie quiere hacer, exprimir los días como si fueran los últimos porque yo he vivido esa sensación de pensar "hoy pudo haber sido mi último día", leer mucho, aprender a tocar todos los instrumentos posibles, escribir mucho, expresarse siempre, decir lo que se piensa y siente. Y la única manera es con esto que -no me sale muy bien- que me encanta: ESCRIBIR.

Me levanté de mi extraño aposento y caminé para encontrar una tienda que nunca supe que vendía, pero había una muchacha muy amable que me dejó usar su contacto eléctrico para cargar mi celular. En todo este tiempo sólo pensaba en lo preocupada que estaría mi mamá, las 2 de la tarde y yo no me había reportado para nada. Y no se como pasó, pero de repente desperté. Todo esto había sido un sueño. Supongo que esa es la razón de la contradicción en los tiempos de mis oraciones.